sábado, 30 de agosto de 2008

Iluminemos México: La marcha por la paz y la seguridad


Por:

Héctor Augusto Martínez Spota


En esta ocasión, por excepción, mi artículo no pretende llevar la risa a mis lectores.

Es más bien una llamada de atención a las autoridades de los tres niveles de gobierno: Federal, Estatal y Municipal, ante una situación que mantiene a toda la ciudadanía en un peligroso estado de indignación permanente.

Mi llamada es en el sentido de que, ahora sí, en forma seria tomen las medidas que permitan recuperar la tranquilidad a que tenemos derecho los mexicanos.


Es verdaderamente impresionante la solidaridad que logran las grandes causas nacionales.

Los reclamos colectivos tienen un mayor poder de convocatoria que el llamado de cualquier Iglesia, Partido o Gobierno.

Un caso concreto es la marcha "Iluminemos México" que fué el mudo reclamo de la ciudadanía ante la ineptitud de nuestras autoridades para contener el crímen en toda la República.

Y curiosamente, ante este llamado solidario de quienes con nuestro voto elegimos a los gobernantes, éstos graciosamente dan respuestas de Perogrullo que parecen decir: " eso no me afecta a mí, es para otro ámbito de poder".

La primera campanada, definitivamente la tuvo que recibir el bastante ineficiente, pero eso sí, publicitado Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, ciudad que mantiene uno de los más elevados índices de secuestros express de la República.

Sin embargo este personaje, en lugar de asimilar el golpe y con toda honestidad empezar a trabajar con sus áreas de "inteligencia" (que parece ser es lo que falta en su equipo) para dar la batalla decisiva a las bandas que han tomado como rehen a la población productiva, se pone en forma infantil a lanzar pelotas de culpa al Gobierno Federal, sin percatarse que en los últimos meses se ha descubierto que han sido elementos de todos los niveles ( mando y tropa ) de las corporaciones policiacas de la ciudad bajo su mando los que han resultado capitanear a las principales bandas que azotan a nuestra ciudad capital.

Lo mismo ocurre en la provincia, donde la delincuencia parece haber tomado el control bajo la descarada protección policiaca.

Sin embargo, es muy significativa además de constituír una seria advertencia la protesta de la ciudadanía, manifestada en la marcha ocurrida este sábado.

Esta marcha obliga a que nuestros gobernantes aprendan a leer entre líneas ( y en algunos casos simplemente que aprendan a leer ).

Cuando el pueblo, en la abrumadora mayoría que se expresó totalmente sin violencia durante la marcha, muestra su indignación, se deben encender los focos de alerta que indican que es hora de que las autoridades hagan el trabajo por el que se les paga y se les paga muy bien y dejen de mantener la política de "lavadero" de la confrontación partidaria estéril, que solo demerita su imágen política y su autoridad.

Esto que escribo, de ninguna manera pretende ser una ofensa a los personajes que nos gobiernan; es simplemente la interpretación del sentir de la casi totalidad de la población.

En el caso concreto de la ciudad, Licenciado Marcelo Ebrard, no es "amenazando" con cambiar el membrete de la policía judicial o mintiendo a la ciudadanía al decir que " tenemos ya un año de estar haciendo exámenes de polígrafo y sicológicos a la policía", como se van a solucionar las cosas, porque, de estarse practicando en verdad éstos exámenes, informe usted, C. Jefe de Gobierno a cuantos elementos han consignado o enviado a sus casas a raíz de haber resultado mal sus estudios.

Un distinguido personaje que perteneció al partido que antes le acogió y que ahora en cualquier ocasión usted públicamente denigra, el Partido Revolucionario Institucional, Don Lauro Ortega, allá por el inicio de los años 80´s, cuando tomó posesión de la gubernatura del Estado de Morelos, se encontró con una corrupción policiaca increíble; presionado por la ciudadanía se vió obligado a poner orden y lo hizo mediante un acto de autoridad sin precedentes en ese estado; "cesó" de tajo a todo el personal policiaco ocupando las plazas con pasantes de las carreras de Derecho, Economía, etc, previamente capacitados en la Academia de policía de la ciudad de México D.F.

Pero eso no fué todo, porque esta sola acción pudo haber dado lugar al nacimiento de bandas delictivas bajo el mando de los policías desplazados.

En prevención de ello, a todos los elementos se les abrió ficha signalética y en muchos casos se les sometió a proceso por evidentes actos de corrupción en el desempeño de sus responsabilidades oficiales.

A partir de ese acto de autoridad, el estado más seguro de la República era el Estado de Morelos, y al hacerse realidad la tranquilidad que se reclamó al Gobernador, mejoró la calidad de vida de quienes vivíamos en tan hermosa entidad, que ahora desgraciadamente como tantas en la República, es presa también de la inseguridad y se ha ubicado en un pre eminente lugar dentro de las entidades con mayor número de secuestros.

No es mediante el lucimiento en conferencias de prensa o con desplantes infantiles de desconocimiento a una autoridad Federal oficial y legalmente investida por el pueblo en apego a la Constitución, actos auspiciados por presión del patético personaje que asume una nebulosa "legitimidad" y con quien no tardan en empezar sus propias fricciones por la carrera hacia el 2012, como se va a resolver la situación que ya los ha rebasado; el problema, como se está viendo, requiere de acciones serias, inteligentes y decisivas.

Puede usted estar seguro que los pobladores de esta magnífica ciudad capital se lo habremos de agradecer y recuerde en todo momento, como político que es, que el agradecimiento por un deber bien cumplido, generalmente se manifiesta en votos en las urnas.

Cualquier comentario se agradecerá al e-mail: hectorams@gmail.com


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