sábado, 30 de agosto de 2008
Iluminemos México: La marcha por la paz y la seguridad
Original receta para fabricar recuerdos
Sistema tradicional:
Se toman cinco sentidos, se alimentarán con todo tipo de vivencias y se almacenan estas a partes iguales en la mente y en el corazón.
¿ Cuantas veces un olor, un color, una textura, un sonido o un sabor abren los archivos mentales y nos llevan a cierta situación en un ayer indeterminado que volvemos a disfrutar como si lo viviésemos nuevamente ?.
En mi caso personal existe - entre muchos otros -, un recuerdo que se aviva en los fríos amaneceres de mi querida tierra y que requiere de la intervención de todos mis sentidos para atraer hermosas vivencias ya lejanas en el tiempo, que me llevan a una infancia que sin duda alguna conforma el más hermoso bloque de mis recuerdos.
En el amanecer de mi pueblo, el primero en activarse es el sentido del tacto, al sentir el frío que cubre todos los poros.
Enseguida, la vista se deslumbra con un cielo intensa y ofensívamente azul; el oído se deleita con los ruidos propios del amanecer de un pueblo; asalta al olfato la pureza del oxígeno, sazonado ténuemente con el humo de olote que proviene de los "Tlecuiles" donde amorosamente - cual si se tratara de una primitiva incubadora -, se desarrollan unas tortillas que al cocerse, también matizan el aire de la mañana y dejan un sabor incitante que estimula el apetito.
La vista se sigue deleitando con el gratuito espectáculo de un volcán cuyas nieves eternas ponen la nota de pureza en un valle verde y oro bañado sin regateo por el sol.
Y todo ello me hace remontar el tiempo y la distancia y me lleva a aquellos ayeres en que, a la misma hora, precedido de nubecillas de vaho, con la nariz roja y la mochila a cuestas, hacía el cotidiano trayecto de mi casa a la escuela.
A pesar de que una inundación producto de una tromba y un posterior temblor cambiaron drásticamente la fisonomía del pueblo, con un poco de imaginación, la escenografía puede ser la misma.
Me parece ver a "El Chuzo" regateando las tarifas de lavandería con un cliente ante la "virtuosa" mirada de su cónyugue.
A Esthercita "La Coreana", barriendo afanosa su banqueta.
Toña, en su esquina regando impresionantes cantidades de agua con la absurda pretención de dejar la banqueta, además de limpia, reluciente.
Más adelante, siempre conforme se caminaba hacia el Oriente, teniendo como fondo de referencia en primer plano las torres de la parroquia y al fondo, impresionantes, el volcan y la Sierra Negra, observo a mi abuelo parado a la puerta de aquella su hermosa y señorial casa.
Pasos adelante el concierto ensordecedor en el Parque de los Cedros, donde se daban cita cenzontles, cardenales, gorriones y muchos solistas más.
Luego de atravesar el parque y descendiendo otra escalinata me parece ver a Don Rachid a las puertas de su almacén vigilando el curso del comercio donde desplegaba sus ires y venires el activo Goyo.
Carlos Mercado y la viuda de Arias en una muda competencia comercial, decorada con miradas retadoras.
Trinidad Vazquez subiendo las cortinas de su tienda.
Más adelante, la motocicleta de Emilio, imán de las miradas de la chiquillería y su viejo Oldsmóbile a la entrada de su taller de bicicletas y enfrente, las hermanas Gómez resguardando con la misma intensidad su virtud y las bicicletas de alquiler preferidas por la chiquillería.
El profesor Murad y el Licenciado Marquez, dos personajes de muy grata memoria, dirigiéndose con prisa, el uno al Centro Escolar; el otro a su bufete.
En su gasolinera, Don Blas Ruiz quejándose perpétuamente de "lo mal que van las cosas, coño ".
El Doctor Vazquez recibiendo a los primeros pacientes.
Vicente Cano, fornido, colorado y con mirada adusta, vigila la calle, en tanto que enfrente, José Islas atiendd a los primeros "crudos" de la mañana con sus mezcolanzas dudosamente "puras" a saber: Tejocote, membrillo y algunos licores de marca.
En plena esquina, la viejita de los "huesitos y las pepitas"; en su rostro, cada arruga guarda el recuerdo de un chiquillo que nunca pagó su deuda; personaje del cual nunca supe el nombre, pero cuyas delicias degusté miles de veces.
Al llegar a El Santuario, el toque de llamada a misa nos permitía calcular el tiempo de llegada a la escuela.
Siguiendo la ruta, el delicioso olor del pan recién horneado por los Machorro estimulaba la salivación.
En la esquina de su casa, Gustavo Sandoval padre, entre nubes de tamo de maíz, apremiaba a sus cargadores y desde ahí se empezaba a escuchar el rítmico martilleo de los marmoleros esculpiendo sus lozas sepulcrales, aderezando el concierto con ocasionales " ¡Ah, chingao !", producto de algún martillazo en el dedo.
En la esquina y "como alma que se lleva el diablo", La Rana salía destapado a clases.
Por fín, frente a nosotros aparecía la mole querida e imponente del Centro Escolar.
Centenares de chiquillos entre nubes de vaho nos arremolinabamos frente a la puerta resguardada por el robusto Manuel, a fín de entrar antes de que el disco del órgano de Ken Griffin sonara.
Dentro de aquellos queridos muros, muchos otros recuerdos se fabricaron, sin embargo, el lote que plasmaré en estas líneas se acaba en este punto.
Mis cinco sentidos terminan ahí uno de sus viajes en un retroceso de cuarenta años, en solo quince minutos; bendito sistema de transporte sin aglomeraciones y en asiento de lujo, que no me ha costado más que un poco de concentración y algunos minutos de mi tiempo.
Si mis aguas, mis refrescos y mis variados negocios me lo permiten, en otra escapada mental plasmaré alguna de las muchas historias de la época escolar que guarda mi muy personal archivo.
Escrito, para mi querida hermana Elsa (QUEPD) , en el hermoso y lejano Distrito Federal a los diez y seis primeros días del nuevo milenio (2001)-
Cualquier comentario se agradecerá al e-mail: hectorams@gmail.com
jueves, 28 de agosto de 2008
¿ Y si los Aztecas hubiesen descubierto Europa ? 3er capítulo.
Héctor Augusto Martínez Spota
Las tres naves mantenían comunicación constante con tierra mediante el empleo de palomas mensajeras, sin embargo, dede la última tempestad los animalitos declararon su huelga de alas caídas, que por muy Aztecas que se sintieran no iban a ofrendar sus vidas en aras de una locura como la que representaba esa excursión de maniáticos ( este, naturalmente, era la forma de pensar de las palomas mensajeras, y ni por asomo de su servidor ), el hecho era que aquellos nobles animalitos no volvieron a aparecer en las cubiertas de los buques y los aventureros quedaron más solos que un candidato de la oposición en día de elecciones.
A bordo, la disciplina empezaba a relajarse y por un "quítame de allá esas plumas" se armaban encendidas broncas que con gran dificultad eran controladas por el aguerrido Topiltzin que ya de por sí siendo moreno de nacimiento, "se las veía negras" para mantener el órden.
Un día aciago ( ¿qué querrá decir aciago ? ), por cierto gris y friolero, una de estas broncas estuvo a punto de convertirse en algo que más tarde se conocería como "La Ley de Lynch", una curiosa y piadosa forma de arreglar conflictos, inventada por un señor de ese apellido y, -por supuesto, como se desprende del procedimiento-, con la típica marca de orígen estadounidense.
El afectado, por supuesto, Topiltzin.
Un oportuno grito lanzado por el vigía mayor, Vicencatl Yañixtli, apodado _"el mirón", desde el palo mayor de la Tonantzin disipó la violencia.
El grito de "Tierra", que cimbró a la trajinera completa, hizo que todos los tripulantes voltearan hacia arriba para, enseguida correr a babor, hacia donde señalaba el vigía y donde, efectívamente se empezaba a desplegar ante sus ojos el perfil de la costa.
Olvidados por completo de sus deseos de motin, todos los tripulantes miraban ávidamente hacia aquel contorno que momento a momento se dibujaba más nítidamente ante sus ojos.
Poniéndose las manos a guisa de bocina, Topiltzin preguntó a su vigía: ¿ Qué ves ?.
Este contestó con prontitud: "Veo la costa y a un grupo de baturros bailando la jota".
Topiltzin no entendió ni jota, por lo que volvió a preguntar: ¿Queeee?.
¡ Un grupo de gente !, repuso agriamente Vicencatl.
¿ Armada ?.
"Si ", repuso este, armada de unas bolsas de donde al parecer toman algún líquido.
Bien, dijo Topiltzin, debemos acercarnos más para observar de mejor manera.
A gritos se comunicó con "La Escuintla" y "La Jaspeada" y poco despúés, las tres trajineras se hallaban al pairo y sus tripulantes tenian una ámplia visión de la costa.
Efectívamente, la vista no había engañado a su vigía, un grupo de hombres y mujeres bailaban frenéticamente alrededor de la hoguera algún tipo de danza ritual que Topiltzin y sus compañeros bautizaron como "El Rediez", y "El Recontra", que eran las frases que aquellos naturales de extrañas y exageradas indumentarias gritaban con frecuencia.
Convencido de que no había armas de por medio, Topiltzin dió la órden de bajar las piraguas de las tres trajineras y acto seguido, giró sus instrucciones de avanzar sobre la costa.
El grupo que bailaba en la playa advirtió su presencia cuando ya los tenían rodeados.
El que parecía comandar aquel grupo exclamó un sonoro: ¡ Jolines!, agregando de inmediato: ¿ De dónde habeis salido ?.
Topiltzin y compañía, al no entender el idioma se quedaron sorprendidos hasta que uno de aquellos naturales, que no tenía los cabellos de sol, sino negros y que era sensiblemente más moreno que el resto, en un nahuatl con cierto acento le preguntó: ¿' De donde vienen ?
Topiltzin tomó la palabra y repuso: De la Gran Tenochtitlan y agregó curioso: ¿ Cómo es que hablas nuestra lengua ?.
( ¿ quedaron picados con el relato ?...... continuará )
Cualquier comentario ( bueno o malo ), se agradecerá al e-mail: hectorams@gmail.com
miércoles, 27 de agosto de 2008
¿Y si los Aztecas hubiesen descubierto Europa? 2o capítulo
viernes, 22 de agosto de 2008
¿Y si los Aztecas hubiesen descubierto Europa ?. 1er capítulo
A fin de no cansar al paciente lector, esta mini-serie se ha dividido en cuatro entregas, a cual más interesante.
Con todo mi cariño:
Por:
Nos volvemos a preguntar: ¿qué hubiera pasado si la conquista hubiese sido al revés; es decir, si en lugar de descubrirse América por los Españoles, se hubiera descubierto Europa por los Aztecas ?, en las siguientes líneas encontraremos las respuestas a las muchas interrogantes que sin duda habrán de surgir.
Corría veloz, como suelen hacerlo los meses cuando forman equipo, el venturoso año de 1419 D.C.
En La Gran Tenochtitlán, capital del pujante e industrioso Imperio Azteca, se respiraba un aire de trabajo con avances impresionantes.
En todo el territorio ..¿ ..sabiamente....? gobernado por Foxtezuma I florecían la industria, el comercio, las artes y la riqueza se reflejaba en las imponentes construcciones que años más tarde llegarían a asombrar a los estudiosos de aquel pueblo.
El vértigo de grandeza que vivía la nación alimentó los proyectos de un ambicioso chinampero real llamado Topiltzin Coyotl, quien de algunos años a ese entonces había tratado de vender a su Soberano la idea de emprender un viaje de conocimiento y conquista a la que dió en llamar: " La tierra del jamón y las fabes", territorio ubicado, según el proyecto, en linea recta de Zempoala hacia el mar, torciendo a mano derecha.
"Tantas y tan variadas serán las riquezas que obtengamos, que nuestra nación tendrá el poder suficiente para conquistar hasta a sus odiosos vecinos Apaches, Shoshones, Mescaleros, Sioux, gringos y demás, sometiéndolos al Tlatoánico yugo de Nuestro Señor.
Aún cuando Foxtezuma primero, primero le midió el agua a los camotes ( Sentido figurado; no es que Foxtezuma elaborara y comerciara con tan delicioso y mexicano manjar, sino que tomó sus precauciones al respecto), la idea empezó a bullir en el cerebro del noble y Guanajuatense personaje y llegó el tiempo en que despertaba sobresaltado luego de soñar con cabelleras del color del Sol que llegaban a reposar en su real almohada.
Estos sueños se repetían una y otra vez, como los recordatorios de pago del agua o el predial y los anuncios de los refrescos de cola (de beber, no de bañar, se entiende).
Transcurrieron los meses y cierta tarde en que Martolinalli, la esposa del Monarca no tenía cosa mejor que hacer, ni tenía programada su diaria conferencia de sublime y pulida oratoria que puntualmente endilgaba al pueblo a través de todos los voceros reales, envió por el chinampero real.
Así que llegó Topiltzin a la presencia de su "Soberana" ( título que se adjudicó a si misma Martolinalli, habida cuenta que no era reconocida como tal por la Tlatoánica Constitución que regía la vida de La Gran Tenochtitlán), ésta le pidió que le relatara con amplitud en qué consistía el proyecto aduciendo que se le había extraviado el ejemplar que le había hecho llegar muchos meses antes, mismo que , en un gesto femenino harto conocido: "no recordaba donde lo había puesto ".
Se discutió a lo largo de todo el día lo referente al modelo de las naves a utilizar, materiales de que estarían construídas y diverss alternativas de construcción, de acuerdo a los costos recientemente cotizados por el Chinampero real, al tipo de impedimenta, provisiones y vituallas con que se debía dotar a la fuerza expedicionaria, se analizó el tipo de uniformes de viaje y de combate, la calidad y cantidad de armamento, como macanas, escudos, flechas, arcos, etc.
jueves, 21 de agosto de 2008
Un estudio sociológico
Don Paco y don Pepe
Héctor Augusto Martínez Spota
Como ocurría de muchos años a esa fecha, los dos amigos discutían sobre diversos temas, sentados a la mesa del café junto con el cual habían envejecido, estimulados, sin duda alguna, por el aroma incitante del café recién molido y percolado y el sordo murmullo de la parroquia que por las mañanas abarrotaba el local, atraídos precísamente por la calidad de la rica infusión y los variados platos de su cocina.
El problema, en cuanto se referia a los dos amigos, era que el tiempo ya había dejado en ellos sus estragos y además de su sordera y el Alzheimer, difícilmente mantenían la hilación en su charla.
En sus buenos tiempos se jactaban de ser excelentes conversadores, lo cual sin duda alguna derivaba de la no despreciable cultura de ambos, que no quedaban ajenos a cualquier tema que se tocara.
Sin embargo, en los últimos tiempos iniciaban la plática con un tema y de pronto, sin punto de separación apreciable, saltaban a otros tópicos diametralmente opuestos al que dió inicio a la charla.
Quien no estuviese al corriente de su particular estilo de comunicación, generalmente se quedaba al aire sin entender una palabra de lo que comentaban los dos amigos.
Esa mañana, en particular, el tema de entrada fué el desempleo que se advertía en el pais y palabras más, palabras menos, este fué un fragmento de la conversación:
¿Te das cuenta -dijo don Paco -, la cantidad de gente que está siendo despedida de sus trabajos a causa de la crísis?.
Si -contestó sereno don Pepe -, la tisis es una enfermedad que a pesar de los avances de la ciencia, en el medio rural sigue causando muchas víctimas.
¿Cuales vitrinas Pepe?- repuso molesto don Paco -, estoy hablando de la crísis masiva.
¡ Eso es una tontería !, objetó Pepe.
¿ Es una tontería la crísis masiva ?.
¡ Si ! - repuso enfático.- El IVA solo debe ser aplicado a los artículos suntuarios.
Eso no es cosa de santuarios, Pepe; es cosa de empleos. La gente no encuentra trabajo y me dejo de llamar Paco si no, en poco tiempo, van a empezar a robar.
No es cosa de rogar. Simplemente se le dice al gobierno que no queremos el IVA y se acabó la discusión.
Eso es lo que necesitamos -añadió Paco -, como tu dices, una solución, pero una solución de fondo, una solución que lleve a los hogares lo necesario para subsistir.
Tampoco es cosa de dejar de existir, Paco, no seas dramático.
Con que los Diputados se fajen los pantalones y echen fuera la propuesta, con eso tenemos.
No, Pepe. No tememos a nada, pero ya es hora de que el gobierno haga algo en ayuda del pueblo.
¿ Qué tiene que ver en eso Pablo ?. El es Arquitecto, no político ni Economista.
Si, ya sé que el Presidente es simplón y bromista, pero que entienda que es hora de trabajar, no de inventar palabras ni de hacer bromas .
¿ Cuales maromas ?, en el Congreso no deben existir esos trucos. Ellos deben cumplir con su obligación que es legislar.
¿Estirar qué?....¿ El presupuesto ?.
Claro que por supuesto. Vaya, hasta que en algo estamos de acuerdo.
¿ Que si me acuerdo, de qué ?.
¿ La peque ?, no. Esa no ha venido a la casa desde hace mucho.
¿ Chucho ?, si ese es mi hijo consentido, aunque no sé que tiene que ver con la crisis que nos agobia.
Si...., Eusebia vino la semana pasada y te dejó saludos.
No..., no basta con que sean tozudos, lo que necesitan es ponerse a trabajar y a dialogar con el pueblo que los eligió.
¿ Eligio ?.. si, el sigue donde siempre, pero el si tiene trabajo.
¿ Cual contrabajo ?, si no es cosa de música sino de administración pública.
Hicieron una pausa para paladear el cáfé que tenían al frente, dieron una pequeña mordida al pan tostado con mermelada y continuaron su amena cuanto incomprensible plática.
Aquí dice - señaló Paco -, que los terroristas van a ser sacados de sus cuevas.
¿Tu qué opinas?.
Luego de ver la noticia en el periodico, don Pepe contestó:
No, Paquito, no son chinampinas, son unas bombas y bastante potentes.
¿ Que me ponga los lentes ?, ¿ que no ves que los tengo puestos, so burro ?.
¿ Cual baturro ?., eso si el problema fuera en España, pero los cocolazos están en Afganistán.
Si, ya se que ahí están, ¿ a donde quieres que se vayan si los tienen rodeados ?.
Si, dijo pensativo Pepe.., son muchos soldados y además con muchas municiones.
¿ Cómo que ni lo menciones ?., si el tema del momento; es la noticia que tiene al mundo en jaque.
¿ Ese Jeque, del lado de quien está, de los aliados o de Bin Laden ?.
¿ Que no se enfaden ?, pero si no están enfadados, están que se los lleva el rápido de las siete sin escalas intermedias.
¿ Medias para qué ?., lo que necesitan son uniformes y estrategia.
Es natural que tengan alergia, con tanto polvo y la insalubridad que hay en esos lugares.
¿ Que parecen juglares ?., no seas tonto, lo que pasa es que tienen el uniforme camuflajeado.
Ahí si me vas a perdonar, querido Pepe, pero no es el momento de que se hagan a un lado, ahora es cuando tienen que incrementar la presión.
¿ Como que cual misión?, pues la misión de acabar con los terroristas que les hicieron tanto daño.
¿ Como que hace un año ?, si fué hace ya varios años, el 11 de Septiembre.
Y tu creés que ese timbre se va a oír con los bombardeos ?.
¿ Fideos ?, ¡ No, hombre !, son bombas, no fideos, ¿ qué crees que los iban a invitar a comer sopa ?.
Por eso, esa es labor de la tropa, ni modo que de los niños exploradores.
Si, tienes razón. Esos Talibanes son unos explotadores, pero ahora les van a dar a probar de su propia medicina.
¿ En pleno desierto una cantina ?. No lo creo, aunque estoy de acuerdo en que los soldados en ocasiones merecen un descanso.
Bueno, tu estás perdido; el paso de ganso lo hacían las tropas alemanas en tiempos de Hitler.
Si...., un alfiler..., de eso está pendiente la paz del mundo, tienes razón.
Y de esa manera, don Paco y don Pepe, a su muy particular estilo siguieron desmenuzando el diario acontecer del mundo, aunque dudo que alguno de los dos se haya enterado de manera alguna del parecer de su interlocutor.
Nota: Publicado en Chispazos de humor. ed. Kchivaches y en la revista Vida y Nación".
Todo comentario será bienvenido al e-mail: hectorams@gmail.com
miércoles, 20 de agosto de 2008
Entrevista con un fantasma
Héctor augusto Martínez Spota
Como parte de un trabajo encomendado por las H. Autoridades del D.D.F., en días pasados acudí al Panteón Civil de Dolores a realizar una verificación sobre los sistemas de seguridad en el famoso cementerio.
¿Qué medidas de seguridad ameritan quienes ocupan el lugar?.
Eso es harina de otro costal; el caso es que se me dió la orden y como no está la cosa como para despreciar un sueldo, acudí al sitio.
Sin embargo, otras tareas previas no permitieron que estuviera en un horario oportuno, por lo que mi llegada al lugar se produjo aproximadamente a las diez de la noche (con esto, de paso queda demostrado, que soy muy trabajador).
Recorrí la barda perimetral sin que pudiese observar algún peligro ni para vivos ni para muertos y acto seguido, me introduje al panteón.
Adentro, salvo uno que otro fuego fátuo, que no representa de manera alguna riesgo de incendio, no pude apreciar situación peligrosa perceptible.
Estaba llenando el formato DDF198478567-M8765, (informe de riesgos en áreas del DDF), cuando un señor correctísimo, vestido todo de negro se me acercó y preguntó curioso:
¿Eso qué es?.
Con toda urbanidad le contesté que se trataba de un informe de riesgos en el cual asentaba en esos momentos mi opinión de que no existía riesgo alguno en el lugar.
¿Se preocupan tanto por los "fiambres" en la actualidad?.
Me chocó que se refiriera a los que ya nos habían abandonado como "los fiambres", pero aún así accedí a dar la respuesta.
No es por los restos mortales, le dije, sino la seguridad en sí del sitio para quienes lo visitan.
Y usted- interrogué a mi vez-, ¿qué hace a esta hora en este lugar?. ¿No le da miedo?.
Me causa mas pavor cualquiera de sus microbuseros que este santo cementerio, donde hay una paz permanente contestó.
Además - agregó-, yo no "vine". Yo "habito" aquí.
¿Es usted el velador?.
No, señor. Yo "era" comerciante.
¿Era?.
¿Y ahora, qué es?.
Ahora soy un fantasma, para servir a usted.
¿Un fantasma?.
Si, señor. Un auténtico, real, positivo e intangible fantasma.
Fulgencio Rondón Estebanillo, a sus órdenes.
Vió el asombro reflejado en mi rostro, lo cual le indujo a continuar.
"Vivo....bueno, permaneazco aquí desde el año 1900.
Y ¿qué le obliga, dije conteniendo mi cierta aprensión, a continuar en este lugar?.
Esto - repuso-, es un castigo.
¿Y por qué y quien lo castigó?.
Levantó su mano derecha y señalando hacia arriba con el índice agregó:
"El Patron".
Me invitó a sentarme en una de las lápidas que decía:
Verá usted, como le decía, yo en vida fuí comerciante y me dediqué a lucrar despiadadamente con el pueblo.
Encarecía los alimentos, los ocultaba y así logré amasar una cuantiosa fortuna que no pude disfrutar, desgraciadamente, porque antes de hacerlo fuí llamado a cuentas, dejando todo mi capital en manos de mi viuda, que sí empezó a darse la gran vida después de las restricciones a que la tuve sometida siempre.
¿Y cuando terminará su castigo?
Eso solo lo decidirá -señalando nuevamente hacia arriba con el índice: "El Patron".
Tratando de cambiar de tema pregunté:
¿Y qué cambios observa, de aquella ciudad donde usted vivía, con la actual?.
Todos los cambios -repuso presuroso-, desde la pérdida absoluta de las buenas costumbres, el cambio en los hábitos de vida, el crecimiento desproporcionado de esta, que era tan bella ciudad, hasta el nacimiento y proliferación de artilugios para matar que cualquier usa ahora impúnemente.
¿A qué artilugios se refiere?.
A los que ustedes llaman automóviles, con todas sus variantes de: particulares, de sitio, peseros, microbuseros, autobuses, tren metropolitano y demás, independientemente de sus repartidores de pizzas, tintorerías, pollerías, refaccionarias, etc.
Todos ellos -dijo resumiendo-, son armas letales al alcance de cualquier mortal.
Y sobre los cambios en las costumbres, ¿qué diferencias observa?.
Básicamente se ha perdido el trato respetuoso entre amigos, familiares, conocidos o desconocidos.
En mis tiempos, se conquistaba a una dama con finura, con delicadeza y hasta me atrevería a decir, con arte.
Actualmente se le conquista con ruidos ensordecedores, con piropos que más parecen insultos y palabras saturadas de intenciones obscenas.
En cuanto al trato entre amigos, se perdió aquel trato amable solo reservado para las personas que se estimaba.
Antes, más o menos esta era la plática de un grupo de jovenes amigos:
"Mira Rafaelito, sobre lo que mencionas, estoy en desacuerdo en que las tandas del Principal sean exposiciones pecaminosas.
Entiendo que hay momentos en que se exceden un poco en el contenido de los parlamentos y que hay algunas tiples y vicetiples que enseñan hasta un poco arriba del tobillo, pero finalmente no se lesiona la moral y escuchamos diálogos picantes , pero dentro de los marcos de moral que exige nuestra sociedad.
Este mismo diálogo, trasplantado a la época actual, se desarrollaría más o menos de la siguiente manera:
"Mira güey, según lo que dices, no creo que las canciones chidas de Molotov se manchen.
Total, en la calle o en tu cantón no falta el güey que te la miente y estos por lo menos lo hacen con música".
Y si a las chavas no les gusta, pus allá ellas, total con que nos guste a los de la onda gruesa, es suficiente".
¿Entiende ahora lo que trato de decir?.
Hasta en sus gobernantes se han deteriorado las costumbres.
¿Ah, si?, contesté.
Y -acto seguido-, apresuré: ¿podría poner un ejemplo?.
En mi época, Don Porfirio0 imprimía austeridad, decoro y porte a todas sus acciones, aunque una de estas fuera ordenar el destierro al Valle Nacional de un grupo de infelices.
Cuando participaba en una ceremonia, su sola presencia infundía respeto.
La multitud -que por cierto lo admiraba- no existiendo el odio generalizado contra su persona, como dicen los actuales redentores de su generación-, presenciaba en silencio y respetuosa la ceremonia escuchando en todo momento sus palabras. Estas siempre eran medidas y certeras, dichas con objetividad fuera del tema que fuera.
En la actualidad, sus políticos se presentan a ceremonias solemnes vestidos de manera informal y aun con prendas deportivas, restando seriedad al evento de que se trate.
La etiqueta ha caído en desuso y si se trata de discursos oficiales, se perdió aquella finura retórica de que se hacía gala.
En algunas ocasiones se llega inclusive al albur, que en mi epoca estaba circunscrito a la gleba y al ambiente de las pulquerías.
Hay políticos que basan sus alocuciones en comparaciones frívolas entre ciertas alimañas y la especie humana lo cual, a todas luces, resta seriedad al gobernante que, carente de argumentos inteligentes, busca de estas argucias para congraciarse con el pueblo.
Qué vá de aquellos sobrios discursos, en comparación con la desastrosa especie de oratoria que actualmente utilizan sus lamentables gobernantes.
Y para muestra basta un botón, dijo mi fantasma amigable (y no se trata de Gasparín).
Vamos a poner por caso que se inaugura un tramo de calle.
Si estuviésemos en la época de Don Porfirio, el discurso sería de la siguiente manera:
"Tengo el honor de declarar inaugurado este tramo de calle, que representa el avance en materia de dignificación vial que vive en la actualidad nuestra gran urbe; obra realizada con el esfuerzo del gobierno y la participación de ustedes.
Señores ciudadanos, que ustedes lo disfruten.
En la actualidad, el mismo discurso, además de durar aproximadamente dos horas, a lo largo de las cuales el público empezaría a roncar sentados o parados en sus lugares, daría inicio de la siguiente manera:
Compañeros y compañeras, amigos y amigas, ciudadanas y ciudadanos, niños y niñas, chiquillos y chiquillas:
El gobierno del cambio ha realizado esta obra que representa en sí, la tumba de las odiosas tepocatas, víboras chirrioneras, viudas negras y otros animalejos que tanto daño hicieron al pais.
Nos comprometimos con ustedes, de llevarnos al triunfo con su voto libre, secreto, razonado y efectivo, a mejorar las condiciones de vida de nuestros electores y aquí estamos, haciendo gala de hechos, no de proyectos, de realidades, no de sueños. . . . . . . . . .
Y así por el estilo, dos horas más.
Y como ese caso, todo ha cambiado. ¡Bueno, hasta el ejercicio de la medicina.
En mi época los médicos eran respetados y de su persona se desprendía un aire de sapiencia cuyo efecto inmediato era que el enfermo sintiera una súbita mejoría.
Su auscultación era cordial, humana, gradual y meticulosa e iba desde el escuchar el efecto de algunos golpes sobre diversas zonas del cuerpo, hasta la escucha del funcionamiento de los órganos internos.
Generalmente, el diagnóstico era acertado y solo se prescribían los medicamentos necesarios para restablecer la salud del paciente, no para enriquecer a nadie.
Aquellos médicos cobraban unos honorarios bastante conservadores y cuando el paciente no podía pagar en efectivo lo hacía en especie, bien fuera con una gallina, un conejo, un guajolote, una carga de maíz o frijol, etc. Y a partir de esa cura vivía eternamente agradecido al facultativo.
En la actualidad, un médico más parece un jugador de tennis que un salvador de vidas y aquellas auscultaciones personales han desaparecido para dar paso al entubamiento de los más sofisticados aparatos, similares a cámaras de turtura.
Las visitas a domicilio han quedado para la historia con el nacimiento de cientos de consultorios ultramodernos y grandes hospitales con tarifas que, de no estar preparado el paciente, de pilón le ocasionan un infarto o por lo menos un ataque de nervios (el cual , por supuesto también le será atendido por los especialistas correspondientes sobre tarifas realmente espeluznantes).
Por otra parte, los diagnósticos derivados de la experiencia clínica y el conocimiento profundo de la profesión han desaparecido, dando lugar a innumerables estudios radiológicos, de laboratorio, de ultrasonografía, medicina nuclear, etc., al final de los cuales, como antaño, de todas maneras el paciente muere, a veces por la enfermedad, o bien por el impacto sicológico de las abultadas cuentas de hospital, laboratorios, medicos, enfermeras, etc., y en ocasiones debido al ajetreo propio de tantos estudios, pero con la diferencia de que ha representado un mayor gasto, engordando los bolsillos de médicos, radiologos, propietarios de laboratorios y hospitales, etc.
En cuanto respecta a los medicamentos, por ejemplo, la gripa que antaño se controlaba y combatía con dos medicamentos, ahora se ataca con siete u ocho logrando con ello no precísamente sanar al paciente, sino enriquecer aún más a los laboratorios transnacionales que se han apoderado del mercado, intoxicando de paso al paciente creándole nuevas enfermedades.
Negocio que dá negocio, ni más ni menos.
Y a la vista de todo eso, se me antoja injusto que me tengan castigado por mis acciones en vida, que son verdaderas niñerías comparadas con lo que hacen en la actualidad.
Es más, las mentiras patológicas de un político actual, la receta de cualquier especialista o los precios que los comerciantes imponen a los productos básicos, causan más daño que el que yo pude causar en mi tiempo.
¿Está usted de acuerdo?.
Tiene razón -repuse-, ¿Y por cierto, cual me dijo que era su nombre?.
Aún cuando ya se lo había dicho, no se si por los nervios lo olvidó o estoy ante un caso de demencia senil precoz, pero repito: me llamo Fulgencio Rondón Estebanillo y quedo en esta eternidad para servir a usted, agregó.
Espero, repuse ya para despedirme,que no sea muy en breve que me tenga que servir, sin embargo también quedo a sus ordenes y cuando me asalte alguna duda sobre las diferencias del ayer al hoy, o simplemente cuando tenga el deseo de entablar una plática con un amigo despojado del mezquino interés humano, por aquí vendré a molestarle.
Recuerde -me dijo finalmente-, que solo espanto de diez de la noche a cuatro de la mañana.
Lo tendré en cuenta, repuse y me alejé del lugar pensando si este episodio también tendría que registrarlo en el formato: DDF 0198478565-M-8765 de reporte de riesgos, duda que hasta la fecha me asalta y en ocasiones no me deja dormir.
(Publicado en Sonrisas en el tiempo, Ed. Kchivaches y en la revista Vida y Nación)
Cualquier comentario,bueno, malo o regular se agradecerá al e-mail:
hectorams@gmail.com
El padre sabio
martes, 19 de agosto de 2008
Mensaje:
Diálogo regiomontano
-¿Pa´que m´hijo, ¿pa´que aprenda violencia? ¡No!.
Enton´s deme pa´comprarme unos dulces.
-¿Y que se le piquen las muelas?. ¡Menos!.
-Bueno, déme pa´comprarme una revista.
¿Pa´que vea pornografía?. ¡Ni lo piense!.
-Caramba, enton´s deme algo pa´un refresco.
-¿Y engordarle más los bolsillos a una trasnacional?, ¡jamás!.
¡Oh que mi ´apá!, emprésteme enton´s pa´alquilar una bici.
¿Y propiciar que me lo maten en la calle?. ¡Nunca!.
Bueno, cómpreme la chamarra de piel que le enseñé.
¿Y provocar que maten a un animalito por su caprichosa culpa?. ¡Never!.
¿Qué me dice si le pido un casset de música?.
¿Pa´que se llenen de dinero los piratas?.
Usté ya sabe que soy muy respetuoso del derecho de autor.
¡Nones!.
¿Un pan?
-Le hace daño la harina.
¿Un elote?.
¿Con los víruses que andan por ahi?.. ¡no invente!.
Deme pa´una naranja.
¿Pa´que resulte ser transgénica?..
¡Ni lo piense, m´ijo, lo quiero vivito y coleando.
Oiga apá, ¿cuando se le van a acabar los pretextos?.
Cuando a usté se le acaben los caprichitos vanos, tontos y suntuarios, como han dicho nuestros iluminados gobernantes. ¡Faltaba más!.
NOTA.- Este artículo también forma parte de los libros "Sonrisas en el tiempo" y Chispazos de humor mr. de su servidor.
El parque de diversiones
lunes, 18 de agosto de 2008
Finanzas internacionales
¿Qué tienen de buenos?, contestó gruñón el Monarca, al saludo untuoso, reverente y servil de su Primer Ministro.
¡Caramba, Su Majestad! -repuso este-, ¿Estima usted en poco que este día recibiremos el préstamo de buena voluntad que nos otorga nuestro siempre buen amigo Matangolandia?.
(El Primer Ministro, hábilmente, no estimó conveniente mencionar que, para obtener el susodicho crédito, fué necesario hipotecar por veinte o treinta generaciones los recursos naturales del pais en favor, naturalmente, de Matangolandia).
El Monarca se incorporó del lecho y queriendo parecer indiferente preguntó: ¿De cuanto estamos hablando, mi querido Ministro?.
Primer Ministro, Su Majestad, Primer Ministro, pues le recuerdo que según el Decreto Real de fecha.....
El Monarca levantó su real diestra (y no quiero decir con esto que la siniestra fuera irreal. ¡Vamos, que levantó su mano derecha!.), para contener el alud verbal de su Primer Ministro, al tiempo que decía: Calma, calma, eso ahora no tiene importancia alguna -e insistió-: ¿De cuanto estamos hablando?.
Mas o menos, deducidas las comisiones e intereses correspondientes (tampoco, en un gesto de suprema humildad, consideró conveniente mencionar el pequeño detalle de que la mayor parte de dichas comisiones irían a alimentar sus ya bien forrados bolsillos), alcanza la cifra de Doscientos millones de nuestros Ilusos (unidad monetaria de cuño corriente en circulación en aquellos tiempos en Ilusionlandia).
¿Tanto?, preguntó El Monarca enarcando las cejas.
Ni tanto, poderoso Mandatario apenas lo suficiente para que nuestra nacion pueda superar sus problemas mas acuciantes.
Sin embargo -añadió-, debo decirte, Oh Amado Soberano, que se trata de un "préstamo amarrado".
¿Amarrado de qué o de dónde?, rezongó Su Majestad que, por otro lado, no entendía de finanzas internacionales más de lo que puede entender una iguana de Teología comparada, con perdón sea dicho.
Al etiquetarse como "amarrado", respondió el Primer Ministro con gran suficiencia, quiero decir que los fondos vienen destinados a conceptos muy específicos, Mi Sublime Estadista.
¿Y qué conceptos son esos, mi misterioso Primer Ministro?.
Cosas simples y muy necesarias para el pais como son: El apoyo a la pequeña y mediana industria, el fomento al comercio nacional e internacional y los recursos necesarios para continuar nuestra campaña de lucha en contra de nuestra industria sin chimeneas.
¿Atacaremos al turismo?, bramó sorprendido el real personaje.
No mi egregio señor -repuso el Ministro-, ¡perdón!., el Primer Ministro; al decir "nuestra industria sin chimeneas", me refiero al elevado consumo de la nefasta cannabis indica, juanita o marihuana, tan en boga entre nuestra musical y pujante juventud.
Y como ese concepto -agregó-, muchos otros que constituyen prioridades nacionales a atacar por tu Real Autoridad.
Así como lo pintas, interrumpió El Soberano, ¿De qué manera lograremos fortalecer nuestras arcas para hacer frente a las amenazas del exterior o para proporcionar comida a las huestes de hambrientos que diariamente sitian el palacio?.
Asimismo, y esto es lo más importante, dijo, señalando con índice flamígero a su Real Financiero: ¿De qué manera vamos a pagar ese prestamo ?
El Primer Ministro, sintiéndose dueño de la fórmula mágica, en un gesto de fingida modestia se miró displicéntemente las uñas de la mano derecha, se enderezó el turbante y contestó con toda la humildad que podían contener sus vistosas chinelas:
Con esos mismos recursos, Su Gracia.
¿En que quedamos, no que venian amarrados?.
Precísamente apegandonos a esa condición, Magnánimo Señor es que vamos a resolver todo.
Y agregó: ¿De qué manera podriamos echar a andar nuestras fábricas de armamento, las de queso, los establos, las lecherías, panaderías, obradores, aceiteras, etc., con la generación de empleos que conlleva su arranque, aminorando el desempleo en el pais?
Y qué mejor terapia para nuestra juventud, que la organización de todas las justas, festejos, torneos, festivales y celebraciones que en el momento en que lo desees te salieran de la corona.
El Monarca - que por cierto era un tanto lerdo (con el perdón de las autoridades correspondientes), no alcanzó a comprender la cuestión y con la ceja arqueada, el ceño fruncido, en silencio y ademanes explicitos de los dedos de la mano derecha, urgió a su colaborador a que profundizara en la justificación.
Independientemente de lo anterior -prosiguió el Primer Ministro-, nuestros vecinos Salvajonia y Tercolandia nos han pedido insistentemente créditos en especie en armas y otras mercadeías, que podrían ser surtidos teniendo nuestras fábricas a plena operación.
¿Te refieres -objetó alarmado El Soberano-, a venderles armas a esos macacos, para que luego nos agredan con las mismas?. ¿Te has vuelto loco?.
Señor...señor..., dijo el Primer Ministro contemporizando. ¿Has notado que el armamento actual de tu ejército, se compone de verdadera chatarra que ya no asusta ni a los niños?.
Espadas con los filos mellados, armaduras totalmente oxidadas y algunas perfectamente picadas por la acción agresiva de las aguas del mar; escudos que ya no escudan ni de un estornudo; cascos que más bien parecen coladeras y no protegen ; barcos que hacen más agua que Tehuacan y catapultas que lanzan menos que cualquier pitcher de la liga nacional y asi por el estilo, todo lo demás?.
Si -repuso El Monarca- ¿y eso qué tiene que ver?.
Que ese -respondió el Primer Ministro con firmeza-, sería precísamente el armamento que venderíamos a nuestros vecinos. Claro que luego de darle una "manita de gato" para disimular su estado real; armamento con el cual ni remotamente se les ocurriría atacarnos.
Por otro lado, sabes bien, Amado Guía, que nuestra industria de medicina herbolaria, pócimas, unturas y emplastos, requiere de un decisivo impulso.
Pues bien, primero nuestras fábricas de queso, lecherías, panaderías, obradores de carne, fábricas de aceite, etc., trabajarían hasta el cansancio para iniciar una etapa de comercio en dos frentes principales: El primero, con los productos de primera calidad, saturaríamos el mercado de Matangolandia vendiendo al contado, aún con los precios castigados que ellos mismos nos imponen, creando así una sana revolcencia de recursos con el consiguuiente desprendimiento de utilidades.
El segundo: Los de baja callidad o rechazados por nuestro Real Ministerio de Salud, se otorgarían como parte de los créditos que nos han solicitado nuestros vecinos Salvajonia y Tercolandia, asegurando de esa manera un saludable flujo de divisas a través de nuestras tres principales fronteras, con el gigante del Nort y con los enanos del Sur.
Bien....bien, dijo pensativo Su Majestad y de pronto, volviendo a la carga repreguntó: ¿Y todo eso qué tiene que ver con la industria de medicina herbolaria, pócimas, unturas y emplastos?.
¿No lo adivinas, ¡oh luz del hemisferio y zonas circunvecinas !?.
No... dijo convencido.
Recuerda que son los productos rechazados y los de baja calidad los que irán directamente a Salvajonia y Matangolandia, por lo que no podemos asegurar que las condiciones higiénicas, de salud y baja toxicidad de los mismos, sean los que indican las normas las normas que se aplican para su consumo en Matangolandia y en nuestra patria.
Por otra parte, esos paises carecen de una industria médica, herbolaria, de pócimas unturas y emplastos, de tal manera que al aparecr los primeros brotes epidémicos, que seguramente se presentaran, se abrirá una nueva línea de crédito que permitirá fortalecer a nuestra industria y además de preservar el empleo, permitirá mantener comercialmente cautivos por muchas generaciones a nuestros inquietos vecinos.
D esa manera, ¡Oh Sol de la Patria!, aprovecharemos integramente los recursos que nos han sido otorgados, fortaleciendo a nuestra industria y comercio, creando los necesarios empleos para acabar con las caravanas de mendigos, controlaremos a nuestra "industria sin chimeneas" y firmaremos los necesarios convenios comerciales con los vecinos, salvaguardando nmuestras fronteras de cualquier ataque artero y recuperando con creces los recursos que nos fueron prestados, estando en condiciones de pagar en tiempo y hasta en forma adelantada.
Y ahora, ¡Magnífico Señor!, ¿Estas de acuerdo en que es un día para celebrar?.
Tienes razón, dijo convencido el Dignatario, y agregó: " a este paso podemos, en el curso de unos cuantos lustros, convertirnos en los benefactores de este mundo que ahora, gracias a "nuestra inteligencia", nos abre sus puertas.
Y luego de este destello de sencillez y humildad y musitando algo sobre una "carta de los deberes y los derechos económicos de los estados", se alejó radiante de felicidad, que amarrados o no, aquellos ilusos tendrían una excelente aplicación y le brindarían la oportunidad de que su reinado se inscribiera con letras de oro en la historia de Ilusionlandia.
Nota: Este artículo se publicó en los libros: Sonrisas en el Tiempo y chispazos de humor y en la revista Vida y Nación bajo la dirección editorial de la Lic. Giuliana Martínez Cruz.
Cualquier comentario favor de dirigirlo al e-mail: hectorams@gmail.com