jueves, 4 de septiembre de 2008

Un arte singular


Por:

Héctor Augusto Martínez Spota


En días pasados fuí invitado a una reunión del Círculo de Artistas No Reconocidos por la Crítica (CANRC) por sus siglas y asistí a la misma llevando conmigo tres poderosas interrogantes, a saber:
1.- ¿Por qué habían tenido la desfachatez de invitarme si nada absolutamente en mis acciones a lo largo de mi vida justifica el hecho de que se me relacione con este medio? y además no recordaba haber cometido en el pasado mediato o inmediato falta alguna que diera motivo a tal invitación.
2.- ¿ De qué se trataba la dichosa reunión ?.
3.- ¿ Por qué no conocía a persona alguna de entre los concurrentes ?.
Al llegar a la puerta me presenté con toda urbanidad, como solemos hacerlo las personas bien nacidas:

"Soy Don fulano de tal, dije al personaje que me abrió las puertas.
¿ Y yo qué culpa tengo ?, contestó en el colmo de la majadería.
Y acto seguido,me indicó con la mano extendida que podía pasar.
En el ámplio salón se encontraba un contingente que calculo conservadoramente en sesenta personas, entre hombres, mujeres, Arquitectos, dos niños de pecho y una niñera importada.
Tomé de una bandeja que pasaba en manos de un mesero (en mi censo no conté a los meseros, ni al cancerbero de la entrada ), una copa que resultó ser de Tlaquepaque (la copa, que no el contenido que era Champaña ), en los momentos en que un individuo vestido elegantemente de Smoking (Tuxedo, que dirían los gringos ), luego de golpear inmisericordemente a un micrófono que tenía al frente para cerciorarse de que si funcionaba, en definitiva lo dejó sin hacerlo, razón por la cual, poniendo sus manos a guisa de bocina pidió la atención del respetable público.
Después de algunos minutos logró hacerse escuchar e inició su bienvenida con esta palabras:
"El Círculo de Artistas No Reconocidos por la Crítica les dá la más cordial bienvenida a su primer Congreso Anual, esperando que disfruten al máximo de esta, su primera experiencia en común.
Enseguida, las señoritas que se encuentran al fondo de la habitación ( que tampoco formaban parte de mi censo inicial ) harán entre ustedes, las presentaciones de rigor".
Y dicho esto bajó del estrado dejando a todos sumidos en peor confusión que la que experimenté cuando recibí la famosa invitación.
Ahora ya no eran tres, sino seis mis dudas.
Las tres primeras y además:
4.- ¿ Quien era el tipo que descompuso el micrófono ?
5.- ¿ Que rara fobia tenía en contra de esos útiles accesorios electrónicos ?
6.- ¿ Qué puesto ocupaba en el lugar, que se permitía darnos la bienvenida con tanta familiaridad y quien le autorizaba para ello ?.
Una de las edecanes alta, rubia, de ojos verdes, bien formada y de voz susurrante me preguntó con voz firme :

¿ Su nombre y actividad, por favor ?.
Fulano de tal. Escritor
¡ Ahhhh!, exclamó como si le hubiese contestado: "Toro Sentado", Jefe Apache.
Enseguida llenó a lápiz una tarjeta adhesiva con el misterioso código "7887" y sin consideración alguna , me la pegó en la solapa del saco.
Momentos después, en tanto yo terminaba con la primera copa de Champaña (no es que me acabara el contenido, sino que la rompí al resbalar de mi mano), volvió la seductora edecán arrastrando de la mano a una atractiva señora que lucía idéntica etiqueta en el corpiño, con el número "7892".
Le presento a una persona -me dijo-, con quien usted va a congeniar de inmediato.
Los dos quedamos tomados de la mano sin saber qué decir.
Finalmente, luego de unos instantes de confusión, fuí yo quien rompió el hielo, con toda la elegancia, sutileza y originalidad que me fué posible.
"Hace calor aquí, ¿ verdad ?"
Si - contestó con idéntica originalidad-, hemos de estar a 40 grados.

Y vuelta al mutismo.
Observé de reojo a mi recién conocida amiga.
Se trataba de una mujer guapetona, que rondaba los 35 o 40 años, llevaba el cabello suelto que en forma de cascada castaña le caía sobre los hombros y lucía una sonrisa que le hacía atractiva.
El cuerpo ligeramente llenito lo vestía con un traje sastre color miel, que le permitía lucir unas piernas muy potables, mostrables y admirables.
Luego de la observación antes descrita, opté por romper finalmente la barrera lanzándome al tuteo.
Tú sabes - le dije -, ¿ por qué estamos aquí ?.
Se volvió a mirarme, supongo que realizando también el mismo análisis que yo practicara hacía algunos momentos, para, al fín contestar:

No tengo la menor idea.
¿ A qué te dedicas ?, pregunté, razonando en que sería el mejor camino para llegar a aclarar las cosas.
"Soy talladora profesional de cartas", me dijo con una sencillez casi Argentina.
¿ Cómo - pregunté -, ¿ haces esculturas de cartas ?.
No, hombre. respondió con cierto fastidio por mi memez. Barajo naipes en un casino.
¿ Es que en nuestro país hay casinos ?.
Casinos si hay, lo que no hay son permisos para que existan.
Sin embargo y a pesar o gracias a ello, muchos funcionan las 24 horas del día, como todo lo que está prohibido en nuestra patria.
Y es que barajar una pila de cartas ¿ tiene algo de artístico como para que te encuentres aquí ?.
Pues sí, tiene su cierta faceta artística cuando se baraja con maña, pero fuera de eso no le veo otra.
¿ Y tu a que te dedicas ?.
Soy escritor, dije restando importancia al asunto.
¿ Escribes para alguna revista o periódico ?.
No - repuse -, contesto diariamente mi correspondencia.
Y los demás - señaló curiosa a la multitud -, ¿ a qué se dedicarán ?.
Nada perdemos con averiguarlo, dije y saltando del dicho al hecho, la tomé de la mano, lo cual no pareció disgustarle y entramos como tromba en aquella manifestación.
Al primero que tuve ante mí le pregunté: ¿ a qué te dedicas ?.
Soy - dijo con presteza -, embalsamador de cadáveres.
Y al siguiente: ¿ Y tú ?
Soy maquillista de funeraria.
Y así nos pudimos enterar que nos rodeaban:
Un destilador clandestino de bebidas; piratas audio electrónicos; un carterista profesional; banqueros - que ejercen la misma profesión, solo que reconocida legalmente -; defraudadores fiscales; colocadores de diablos de energía eléctrica, teléfonos y señales de televisión; clonadores de cheques y tarjetas de crédito; fabricantes de elíxires para el amor, la fortuna y la clarividencia; merolicos; operadores del juego de "la bolita"; el señor Director de la Lotería Nacional y el de Pronósticos para la Asistencia Pública ( que son lo mismo que el juego de la bolita, pero a nivel nacional y amparados por nuestro superior gobierno ), y los señores Secretarios de Agricultura, Reforma Agraria, Economía, Turismo y de Hacienda.
Mi acompañante y su servidor quedamos anonadados ante la diversidad de actividades que a nuestro juicio, nada, definitivamente nada tenían que ver con cualquiera de las ramas del arte.
Con esta gran duda, la séptima en mi repertorio, sin saber qué lugar ocupaba ésta en la agenda de mi reciente amiga, optamos por dirigirnos a nuestro anfitrión, a quien encontramos ya ligeramene achispado a causa de los frecuentes brindis a que era invitado por los concurrentes.
¿ Cómo es - le dije -, que se hable de un "Círculo de Artistas No Reconocidos por la Crítica", cuando quienes estamos en este lugar no tenemos lazo alguno con cualquiera de las bellas artes ?.
Mi interlocutor lanzó una sonora carcajada.
Al disiparse el acceso me dijo muy serio:
Estás totalmente equivocado al pensar en tal forma.

Todos los que nos encontramos en este lugar, dijo dibujando al mismo tiempo un círculo imaginario alrededor de su cabeza con el dedo índice apuntando al cielo, sí tenemos algo que nos liga con el arte; es más, la actividad de todos y cada uno de nosotros es totalmente artística.

Si no te convences ve haciendo la lista, que yo te explicaré la parte artística de cada ocupación.

Así lo hice y empecé a enumerar:

Tallador de cartas.- Qué mejor expresión de arte quieres, que barajar con maestría un mazo de cartas sabiendo la forma en que tú mismo vas armando al ganador, o al perdedor en su caso.

Embalsamador.- Se requiere de un arte muy refinado para saber qué proporcion de tal o cual substancia es necesaria para preservar de mejor manera un fiambre.

Maquillista de funeraria.- Pero, ¿ es que no te das cuenta ?, se necesita ser un verdadero y consumado artista para dar al occiso una expresión que dé la impresión de que tiene vida.

En algunas ocasiones, estos excelsos artistas dejan al muerto con una belleza que ya hubiera querido al vivir.

Destiladores clandestinos de bebidas.- ¿ Te parece poco arte, el necesario para llegar a imitar y en ocasiones casi igualar, el sabor de una bebida, tan solo con algunos ingredientes corrientes y un poco de tiempo ?.

Piratas audio-electrónicos.- También se requiere de toneladas de sentimiento artístico para lograr muy buenas reproducciones y la copia fiel de las portadas con firmas y fotografías incluídas.

Carteristas.- ¿ Es que acaso hay algo más artístico que el despojar a una persona de su cartera sin que ésta se dé cuenta en momento alguno ?.

Defraudadores fiscales.- Se requiere de un arte muy refinado y sutil para maquillar fechas, cifras y conceptos para escamotear el dinero a nuestro superior gobierno, aún cuando nuestro mismo superior gobierno posteriormente nos revire la jugada, utilizando el mismo maquillaje de fechas, cifras y conceptos en sus informes de actividades..

Banqueros.- ¿ Además de que esta actividad se parece mucho a la de carterista, es o no artístico, el jugar con el dinero ajeno logrando un beneficio propio?. Ahí tenemos los casos de algunos que anduvieron saltando como canguros en Australia o como bailarines flamencos en España y otros que también andan brincando, pero en la cuerda del Fobaproa ?.

Colocadores de diablos en instalaciones diversas.- Definitivamente un "diablo" bien colocado, que no lo encuentre ni quien inventó la electricidad, el telefono o la televisión por cable, es obra de un arte excelso.

Clonadores de cheques y tarjetas de crédito.- Aquí entran en juego el dibujo, la pintura, la fotografía y muchas otras actividades clasificadas como artísticas, sin duda alguna.

Fabricantes de elíxires para el amor, la fortuna o la clarividencia.- El fabricar una ilusión solo se logra con el arte del convencimiento, que es el que esgrimen nuestros queridos amigos, aún cuando nunca, ni por equivocación, sus fórmulas resultan exitosas.

Merolicos.- El mismo caso anterior.

El Juego de La Bolita.- La prestidigitación se considera una disciplina artística y es la usada por esos maestros del embaucamiento.

Loteria Nacional.- El mismo caso de la bolita, pero a nivel nacional.

Pronósticos para la Asistencia Pública.- Idéntico caso a los dos anteriores.

Secretaría de Agricultura y Ganadería.- ¿ Se requiere o no ser un artista para repartir cada sexenio, las mismas tierras que han sido repartidas desde la época de Emiliano Zapata y del admirado "Tata Lázaro". Y seguimos haciendo hogares felices, añadió festivo.

Secretaría de Economía.- Un verdadero acto de ilusionismo artístico es el píntar de rosa una situación gris que todos vemos negra en el aspecto económico, ¿ no te parece ?.

Secretaría de Turismo.- Te parece poco pintar una "industria sin chimeneas" a todo color, cuando la dichosa y costosa Secretaría no dá color?.

Y ahora - dijo suspendiendo su relación-, permítanme atender a otros invitados que deben tener idénticas o parecidas dudas que ustedes.

Y con un: "Que la pasen bien", se despidió trotando hacia otro grupo.

Aún tomados de la mano quedamos boquiabiertos.

Para romper el sopor, propuse ir a otro sitio a comentar lo que acababamos de vivir.

Han transcurrido siete meses y semanalmente mi amiga, que para conocimiento de ustedes se llama Penny y su servidor, nos vemos en un discreto hotelito del centro, para continuar nuestra mutua toma de mano y otras regiones y para seguir comentando esta extraordinaria reunión que más que merecer una crónica en la sección de sociales, bien merecía la plana completa de policía, con la asistencia personal del C. Procurador y la mayoría de sus apóstoles.

( Y aún cuando sus respectivas actividades también contienen, sin duda alguna, una abundante fibra artística, así como la calidad extra lícita, su presencia sería en calidad de autoridades, no de invitados, favor de no confundir).


NOTA: Cualquier comentario se agradecerá al e-mail: hectorams@gmail.com

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