lunes, 21 de diciembre de 2009

L y F Crónica de una muerte anunciada

Por:
Héctor Augusto Martínez Spota


Es odioso salir con la frase tan trillada de: “nosotros ya lo habíamos dicho”, pero en esta ocasión es la pura verdad. En nuestro numero de Febrero 15 publicamos una nota sobre Luz y Fuerza del Centro, que nació de las quejas de muchos lectores que fueron “estafados”, así, con todas sus letras, “estafados” por funcionarios venales de dicha empresa quienes mediante algunos artilugios bien conocidos por sus operarios, poniendo en movimiento artificial el engranaje de los medidores, “fabricaban” elevados consumos de energía, que por supuesto nunca definitivamente se correspondían con la realidad, movimiento que les daba los elementos precisos que les permitían poner en jaque al inocente usuario y de esta manera poder estafarlo a gusto con cantidades que iban desde los dos mil y hasta los veinte mil pesos que eran alegremente repartidos entre funcionarios de una sucursal de la propia empresa en la zona de Portales.
Y esto fue solo uno de los copetes del glaciar que pudimos ver gracias a las valientes denuncias de muchos de nuestros lectores, pero cuántos casos más tuvieron lugar, sin que las inocentes víctimas pudiesen haber encontrado en su momento un foro para exponer sus quejas o bien para buscar justicia evitando esta sangría a su economía.
Y para mejor recordar lo que, desde Febrero veníamos vaticinando, a continuación reproducimos el artículo que en esa ocasión dimos a conocer

Por lo menos veinte quejas de vecinos de la zona Sur de esta ciudad, han llegado a la redacción de Vida y Nación, en las cuales se señalan los atracos, que no se le puede llamar de otra manera, que al amparo de la recientemente reformada Ley que regula la actividad de la empresa eléctrica de México, cometen algunos funcionarios a sueldo de LYF.
Especialmente, las quejas recibidas se refieren a funcionarios de la sucursal PORTALES de la citada empresa eléctrica y para ser más explícitos, relataremos lo que nos refiere uno de los lectores cuyo nombre, por su propia protección no vamos a dar públicamente.
“ En mi casa solo vivimos mi esposa y yo, ella de 60 y yo de 65 años de edad” y tal vez nuestro mayor consumo eléctrico es el refrigerador, razón por la cual normalmente pagábamos recibos bimestrales de entre 150 y 200 pesos máximo.
Y se da el caso que en el mes de Enero de 2009 nos hacen llegar un recibo de más de $ 7,000.00 ( Siete mil pesos), lo cual provoca para aclararlo de inmediato, que nos traslademos a la sucursal “Portales” de la empresa, ubicada en la Calzada de Tlalpan, donde un policía previamente aleccionado nos hizo pasar directamente con “El Contralor”, quien después de ver el recibo nos mandó de inmediato con “El Contador”, instalado en el escritorio de enfrente.
Esta persona, utilizando la vieja táctica de inyectar temor en principio a la víctima, empezó por señalarnos que el motivo de tal recibo era el hecho de que se estaba aplicando plenamente “La nueva Ley que rige las actividades eléctricas en el país” y que la cantidad señalada era por concepto de diferencias acumuladas a lo largo de un año,”- dijo-, de acuerdo a la más reciente lectura” ( la cual necesariamente, como se verá más adelante, fue alterada por su propio personal, ).
El importe—añadió -, tendría que ser pagado de inmediato, o de lo contrario se nos suspendía el servicio”.
Poco después, suavizando la voz y como contemporizando con nosotros nos señaló que esto “se podría arreglar” indicando que pagáramos la mitad de la suma, aún cuando solamente se nos expediría recibo por $ 500.00 ( Quinientos pesos) o de lo contrario de inmediato su personal nos cortaría el servicio.
Pidiendo prestado a nuestras amistades logramos pagar lo requerido a fin de no perder el tan necesario servicio, luego de lo cual un trabajador de la empresa regresó el medidor a su lectura normal, lo cual demuestra que el aparato de medición puede ser impunemente alterado en cualquier momento por la propia empresa en perjuicio del usuario. Esto, sin lugar a dudas, no deja de ser un robo descarado que amerita la intervención de la Secretaría de la Función Pública y de las autoridades del fuero común porque nuestro caso no es el único, somos muchos afectados”.
Y mencionamos que lo dicho por estos afectados es verdad, pues en poder de Vida y Nación , existen por lo menos 20 quejas similares, las cuales coinciden en forma y fondo lo cual nos lleva a pensar en que este es un procedimiento perfectamente maquinado y nos induce a tratar de imaginar el volumen de dinero ilícito que “cosechan” impunemente mes con mes éstos funcionarios.
Esto solo es en una sucursal de la empresa, porque todos los casos que hemos recibido se refieren a la sucursal Portales por la razón de que Vida y Nacion es una revista de influencia predominante en el Sur de la ciudad, por la propia ubicación de sus oficinas, pero por todo lo señalado anteriormente no podemos menos que pensar:
¿ En las demás sucursales, de la empresa eléctrica “en eterna liquidación” está pasando lo mismo ?.
La respuesta está en el aire.




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